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Ojo con los revendedores en los hospitales

octubre 5, 2017

cuba_hospital_roomHoy quiero compartir con usted, un asunto que de un tiempo a esta parte adquiere nuevos matices: me refiero a las ventas de alimentos y otros artículos que realizan muchas personas en centros hospitalarios del territiotrio.

Es cierto que a partir de de las necesarias transformaciones que han tenido lugar en el ámbito socioeconómico, el país decidió aprobar la realización de una amplia gama de oficios, con el consiguiente reconocimiento legal para quienes deseen ejercer el trabajo por cuenta propia.

Sin embargo hay quienes sin la autorización legal y sin pagar el tributo correspondiente ingresan a los hospitales para comerciar sus productos.

Me preocupa sobremanera que el Ministerio de Salud  Pública, ha emitido una serie de medidas que regulan el acceso a los hospitales, estas NO siempre se cumplen y es muy frecuente encontrarse a cualquier hora a uno de estos vendedores pregonado en un cubiculo la galletita de dulce, el bocadito de queso, refresco gaseado y el café.

Cabe preguntarse ¿Cómo lograron entrar? ¿El custodio NO sabe diferenciar entre pacientes y acompañantes, quienes realmente NO lo son?

Esa es una realidad a la que NO escapa ningún centro asistencial, (P) . El Hospital provincial el de mayor numero de camas y servicios que cuenta el territorio, es un escenario complejo, teniendo en cuenta que en el área que da acceso al cuerpo de guardia y por donde se reciben a las urgencias, permanece llena de revendedores, y comerciantes.imagesíndice

Con pesar hemos presenciado el amontonamiento y la algarabía que se forma en ese lugar, que además de dejar una imagen nefasta, molesta  personas que salen de alta o asisten a consulta, muchas de ellas operadas y en sillas de ruedas que tienen cómo dice popularmente, arreglárselas como puedan, para salir del tortuoso camino.

Tampoco es posible contentarse con el hacinamiento y la vulgaridad porque además de la cuestión organizativa, alli se escucha sin hacer el menos esfuerzo cualquier palabrota y  cuentos de todo tipo que por cierto dejan mucho que desear.

Conocemos que existen leyes pero al mismo tiempo parece que NO hay suficientes inspectores para hacerlas cumplir, o este fenómeno NO clasifica en la lista de las prioridades que materia de regulación urbanística se llevan a cabo en esta provincia.

Hace algunos años dentro del Hospital Manuel Ascunce existía un merendero del que se servían los acompañantes y trabajadores de salud, pero luego de una remodelación de centro hospitalario, la cafetería NO reabrió sus puertas, aunque se plantea que el punto de ventas de la carretera al lado del parque infantil lo sustituyo.

Antes el nivel de las ofertas y la ubicación del establecimiento dentro del propio hospital, beneficiaba a los pacientes y sus familiares, ahora estos tienen que hacer una cola enorme y competir con la demanda de la personas de la calle que también se sirven del citado quiosco .

Me parece que lo más inteligente seria buscar locales higiénicos, con inspectores y controles donde se puedan establecer de modo legal en las cercanías de los hospitales o dentro del propio hospital si tienen locales disponibles.

Los hospitales NO son una quincalla, pero en el materno provincial, los vendedores de canastillas irrumpen en las salas de parto, donde hay tantos recién nacidos que necesitan resguardo y muchas madres convalecientes y con bajos ingresos que NO pueden pagar los jugosos precios de esas prendas.

Pienso que ha llegado la hora de ponerle coto a este problema que ha generado en los últimos años muchas polémicas, pero que sigue detenido en el tiempo, y en espera de una definitiva solución, porque NO hay razón para causar tantas molestias a pacientes y acompañantes.

 

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