Juliana Parra Varona: Constancia de amor y profesionalidad en Camaguey
Mientras colaba el primer café de la mañana en su casa del reparto “La Esperanza”, me contó de su vida al momento del triunfo revolucionario, en 1959.
A penas sobrepasaba los 12 años de edad, Juliana recuerda esa etapa plagada de sacrificios por lo bajos ingresos económicos de su familia.
Ella había concluido el Sexto Grado, pero tenía el anhelo de que un día podría llegar a estudiar la carrera soñada.
“En la década del 60 trabajé en la recogida de café y en otras tareas agrícolas, y en 1974 comencé a trabajar como auxiliar general en el Hospital, donde me propusieron un curso de enfermería, y acepté, así que al fin alcancé mi sueño: ¡ser enfermera!
Y no fueron pocos los escollos sorteados por Juliana al asumir una profesión que tuvo que combinar con la atención de su familia recién formada.
En esta etapa –como tantas otras-, comenzó a prestar servicios en hospitales y policlínicas, para paliar el déficit de enfermeras de esos años.
Mucho y duro trabajó Juliana Parra Varona, la seño Cuca, como la llamaron siempre sus pacientes y compañeros, quienes vieron en ella un ejemplo de constancia y amor al trabajo tanto en el Hospital Pediátrico, como en los Círculos Infantiles, y los Consultorios médicos del área de salud de la Policlínica “Julio Antonio Mella”, donde dejó su huella personal y profesional.
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